Crónica de un ensayo

Ensayo Guadspel

En un coro góspel siempre pasan cosas. Siempre.

Aunque desde fuera parezca que todo es armonía, espiritualidad y voces
angelicales… la realidad es que detrás de cada acorde perfecto hay una colección
de anécdotas dignas de una serie de televisión.

Todo empieza en el ensayo.
La directora dice:
—Vamos a repasar solo un momentito el compás 32.
Ese “momentito” significa que el compás 32 pasará a ser una parte fundamental
de nuestra vida durante las próximas dos semanas. Nadie sabe por qué, pero ese
compás tiene poderes místicos: unas veces entra antes, otras después, otras no
entra nadie. Misterios del góspel.

Luego están los calentamientos vocales.
En teoría sirven para preparar la voz.
En la práctica, suenan como si un rebaño de ovejas y un grupo de sirenas hubieran
decidido ensayar juntos. Eso sí, después de cinco minutos, todos sentimos que
podríamos cantar en Broadway (aunque la realidad diga otra cosa).


La sección de sopranos siempre llega con energía.


La de contraltos trae jengibre…


Y los tenores ….,los tenores aparecen de vez en cuando con cara de “¿ya había
empezado esto?”


Pero lo mejor llega el día del concierto.
De repente, al que nunca se sabía la letra le sale entera.
A la que dudaba de su entrada… ¡entra perfecta!
Y a alguien —siempre hay alguien— le da un ataque de risa en el momento menos
oportuno, contagiando al resto mientras intentamos mantener algo de dignidad
vocal.

Visitas: 4

Esta web utiliza cookies propias para su correcto funcionamiento. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Más información
Privacidad