Guadalajara, 4 de julio de 2025 – El coro Guadspel, conocido por armonizar voces y corazones en cada actuación, demostró anoche que su talento va más allá de los escenarios. En un evento que marcó un antes y un después en sus encuentros sociales, la agrupación celebró su cena/picoteo de fin de curso, una velada que desbordó risas, música y compañerismo en cada rincón.

Lejos de los habituales ensayos y conciertos, esta cita se presentaba como una oportunidad largamente esperada para que los miembros del coro se conocieran más a fondo y estrecharan lazos. Y, a juzgar por la energía que se respiraba, el objetivo se cumplió con creces.

La noche arrancó con un animado karaoke que sacó a relucir el lado más desenfadado de los cantantes, demostrando que no solo dominan los temas góspel, sino que también se atreven con cualquier género. Las carcajadas y los aplausos resonaron con cada interpretación, creando una atmósfera de pura diversión.

Uno de los momentos especiales fue el sorteo de un dibujo único, obra del talentoso Fernando Obispo. La expectación era palpable, y la fortuna sonrió a Maribel, quien se llevó a casa esta pieza artística como recuerdo de una noche especial.

La generosidad también tuvo su espacio gracias a Yolanda, quien organizó una serie de juegos con regalos que aseguraron que nadie se fuera con las manos vacías. Pequeños detalles que, sin duda, avivaron el espíritu de camaradería y alegría entre todos los presentes.

Lo más destacable de la velada fue el ambiente de pura convivencia. Se charló, se cantó, y sí, ¡hasta hubo algún que otro baile improvisado! La energía positiva era contagiosa, y cada miembro del coro aportó su granito de arena para hacer de la noche un evento memorable. Fue evidente que esta reunión era justamente lo que necesitaban para desconectar, estrechar lazos y, sobre todo, reír a mandíbula batiente.

En definitiva, la cena de fin de curso de Guadspel fue una noche brillante, un testimonio del espíritu vibrante y unido que caracteriza a este coro. Más allá de la música, demostraron que son una gran familia donde la alegría, el compañerismo y el buen rollo son las notas que siempre prevalecen.

Visto el rotundo éxito y la necesidad palpable de estos momentos de unión, la actividad es, sin duda, una que hay que repetir. La próxima vez, con la esperanza de contar con todos aquellos a quienes se echó de menos en esta ocasión, y que seguro aportarán aún más brillo a estas ya memorables convivencias.

¡Enhorabuena Coro, momentos como estos tienen que repetirse!